Encontrarse con Cristo sufriente en los marginados

ACOMAREl pasado 2 de febrero, ACOMAR (acrónimo de “Asociación Comunidad de Marginados”) ha cumplido 20 años de trabajo ininterrumpido al servicio de los más pobres entre los pobres de la ciudad de Alicante. Y aquí lo de “ininterrumpido” es algo estrictamente literal: ni un solo día en estos 20 años ha dejado ACOMAR, conocida en la ciudad como “Los sin techo”, de abrir las puertas de su modesto pero vibrante local.

ACOMAR nació de un grupo de formación cristiana de la parroquia Inmaculada del barrio del Pla que un día, tomando la Palabra al pie de la letra, salió a la calle a encontrarse con Cristo sufriente en la forma de los marginados errantes por las calles de Alicante. Hoy, ya como asociación legalmente constituida, los 57 voluntarios de ACOMAR, entre los que se cuenta algún antiguo acogido ya reinsertado, reciben todos los días a cuantos se dirigen a ellos para acogida, seguimiento y cena; y, un día a la semana, para ropero. ACOMAR tiene también dos pisos compartidos para residencia de sus acogidos. El presupuesto va a cargo casi íntegramente de la Providencia, por la vía de donativos de alicantinos anónimos.

Un día promedio: acuden a ACOMAR unas 60 a 70 personas, cuyo sentimiento íntimo más arraigado es el de “no valgo nada; soy un fracasado”. A todos se les acoge; no para darles por darles, sino para, desde el Evangelio, acompañarles día a día, con toda la paciencia necesaria, hacia el objetivo de la recuperación de la dignidad, la autoestima y la esperanza. Y para que salgan de las situaciones en que se encuentran.

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Como señala el cofundador de ACOMAR, Salvador Silva, tras las carencias materiales del pobre/Cristo que llega a ellos, hay una carencia aun mayor, subyaciendo: la de afecto, de calor humano, de interés real (que se demuestra con las obras) en su biografía, sobre todo la presente y la futura. Y, cuando a ese afecto y a ese interés, alimentados por una vida de oración, se les da tiempo, y se acompaña al pobre sin ningún tipo de prisas, la regeneración en la que el propio pobre en su postración había dejado de creer, frecuentemente se produce. [Fernando López de Rego/redescristianas.net/2010/05/29/encontrarse-con-cristo-sufriente-en-los-marginadosfernando-lopez-de-rego-flr108hotmailcom]

La Vanguardia

Pues a cosas así deberían dedicarse todos los curas y las monjas, en vez de a las tonterías a que se dedican ahora. Da asco ver y leer sobre ese mundo de jerarquía de la iglesia católica, ese objetivo de llegar a más, salir de cura de pueblo, convertirse en obispo, luego en cardenal…, y todas esas asquerosidades que han salido ahora en los medios -y que se han llevado a la práctica durante mucho mucho tiempo- sobre la práctica de la pederastia de los curas y otros que se cubren con trapos de otros colores y que se consideran de mayor rango que los curas. Por qué no vender iglesias para ayudar a los sin techo que hay por todo el mundo o simplemente convertir las iglesias en centros de acogida a los sin techo haciendo un poco de obra en ellas y transformándolas en mini hoteles o pensiones gratis para los indigentes, que así harían mejor servicio a la sociedad en vez de dedicarse a las tonterías a que ahora se dedican con confesionarios y repartiendo hostias que ‘no se pueden tocar con los dientes porque de hacerlo se va uno al infierno’ (!) como decían los curas en mi pueblo cuando yo era pequeño ?.

Los ingresos de los 1000 millones de personas más ricas del mundo son 150 veces mayores que los ingresos de los 1000 millones de personas más pobres del planeta. [Pobreza y marginación]

One Comment

  1. Este comentario de La Vanguardia parece desconocer la acción de la iglesia católica.

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