El basurero como sustento
El hambre y la miseria mueven a decenas de familias al vertedero, con la esperanza de recolectar hierro y aluminio para vender
¿Comida podrida, excremento? Ningún campesino se detiene a investigar que es lo que salpica sus rostros. El hambre es tal que en los campos agrícolas de San Quintín, la cosecha de basura ha suplido al campo.
A sus nueve años Mercedes Cruz es la más ágil separando pañales podridos, vidrio y animales muertos. Sus manitas antes veloces desprendiendo tomates ahora rasgan bolsas, rompen artefactos, todo, para encontrar el pedazo de fierro o una lata de aluminio que le darán de comer por ese día.
«Pizcaba ‘tomati’… Me gustaba arrancarlos, es facilito, así no mas y se caían… Orita no hay y por eso dice mi ama que andamos acá», platica nerviosa sin levantar la cara. Un «clic» de la cámara y corre avergonzada junto a su mamá.
Lo otros niños también se sorprenden. Entre la basura del pueblo de San Quintín, a 200 millas de San Diego hay aproximadamente 20 niños y más de un centenar de adultos.
La crisis económica que afecta a Estados Unidos, agudizada por el retorno de los migrantes que fueron deportados en redadas masivas y la sequía, dieron el tiro de gracia a los trabajos y a la pobreza en la que viven los campesinos mexicanos de esa región. […][Claudia Núñez/http://www.laopinion.com]
Campos repletos de mano de obra infantil – Las heridas de un sueño truncado – Pesar en El Papalote – San Quintín, Baja California – San Quintín, BC Mexiko