Le arrancó la mitad de la cara y ahora tiene la osa en el congelador

Primero una osa le arrancó la mitad de la cara y con él tuvo que luchar su hijo de 14 años. Luego estuvo expuesto a una tormenta de odio en línea.

Ahora Pär Sundström ha vuelto a cargar el arma y tiene a la osa en el congelador.

– Cuando aplastan a uno y le muerden la cara de un mordisco, ya no son tan lindos. Prometo.

Era el 21 de agosto y la caza de osos con licencia acababa de comenzar en los bosques alrededor de Ljusdal. Pär Sundström, que ha cazado toda su vida, tenía a su hijo Evert en el equipo de caza. Justo cuando la sesión estaba llegando a su fin, los perros se quedaron sin aliento y chocaron con una osa.

Pär y Evert caminaban por el camino de piedrilla de al lado cuando se les presentó una oportunidad de oro: de repente, la osa se encontraba a sólo 20 metros de ellos y Pär levantó el rifle. Pero uno de los perros estaba en la línea de fuego, Pär tuvo que esperar y la osa desapareció detrás de un arbusto.

Luego todo fue rápido.

– No vi nada, pero de repente ella salió un par de metros delante de mí. Luego tuve tiempo de pensar que es una estupidez dispararle a un oso a quemarropa. Porque si hay algo que les cabrea es dispararles. Así que rápidamente retrocedí para darle espacio. Pero ella me acompañó.

La osa se arrojó sobre Pär, quien, desesperado, disparó. Luego terminó boca arriba con el oso encima. Le mordió en la cara y le arrancó una mejilla y parte de la nariz y fueron a parar en el camino de piedrilla.

Entonces intervino el hijo Evert.
– Le atacó y le golpeó. Fuerte de la hostia. Luego ella cambió y comenzó a pelear con él. Y luego tuve la oportunidad de disparar. Todo terminó en segundos.

La osa estaba muerta. Tanto Pär como Evert fueron trasladados al hospital para tratar sus heridas.

Un mes y medio después, están de nuevo en el bosque. Evert fue operado de su muñeca, que se rompió debido a la pelea con la osa. Y a Pär le han trasplantado tejido del muslo para reparar su rostro cicatrizado.

Pero dejar de cazar nunca fue una opción, incluso si el aterrador incidente dejó su huella.

– Tuve que reaprender y empezar a disparar por el lado izquierdo. Utilicé el rifle de aire comprimido para niños para practicar en casa. Conduje durante 20 minutos, luego entré un par de horas y luego salí a entrenar de nuevo. Así anduve durante unas semanas, dice Pär.

Ha cazado toda su vida, pero no había matado a un oso hasta ese día en que disparó para salvar su vida y la de su hijo. Una experiencia que, según admite, también fue difícil de afrontar psicológicamente, al menos al principio.

Las pesadillas lo mantuvieron despierto por las noches durante las dos primeras semanas, que pasó en el hospital.

– Los primeros días fue justo cuando ella salió de los arbustos y atacó. Eso es lo que me despertó. Y un poco más tarde seguí despertando de soñar que Evert y ella estaban peleando. Y duró más. Pero básicamente ya no existe.

Cuando GP (Göteborgs Posten) pregunta cómo van las cosas con su hijo Evert, Pär le pasa el teléfono. El 14 añero que luchó contra una osa relata tranquilamente:

– No pienso mucho en lo que pasó. Esta la cosa tranquila.

Pär Sundström no tiene mucho que ofrecer a quienes le han criticado (y en algunos casos amenazado) a él y a su hijo por cazar osos.

Pär no ha matado más osos desde que empezó a cazar a principios de octubre. Pero las veces que ha estado cerca, su cuerpo le ha recordado el traumático suceso del 21 de agosto.

– El martes estuve cerca de un oso, quizás a 70 metros de distancia. Y ya no es lo mismo ahora que de antes, por decirlo de alguna manera. Antes podía sentir un ligero miedo, o mariposas en el estómago.

Ahora ha desaparecido por completo, pero en cambio se convierte en un foco terrible. La adrenalina sube inmediatamente. Y después me canso terriblemente. Por tanto, está claro que la psique ha recibido un golpe.

El incidente obtuvo mucha atención de los medios, sobre todo teniendo en cuenta que el joven Evert probablemente salvó la vida de su padre. Muchos lo vieron como un héroe, pero no a todos les gustó lo que leyeron.

En las redes sociales estalló lo que el Jägarförbundet (Asociación de Cazadores) describió como «una tormenta de odio», donde personas críticas con la caza expresaron que Pär y su hijo sólo obtuvieron lo que se merecían. Un canal de radio también bromeó diciendo que los cazadores «se pegarían un tiro a ellos mismos», afirmación por la que más tarde se disculparon.

Pär opina que cuando peor fue la situación fue cuando él mismo estaba internado en el hospital.

– Sí, antes de que hiciésemos públicas la historia, fue como una campaña de odio. Pero cuando pudimos contar nuestra historia, todo se calmó, dice Pär.

¿Recibiste personalmente comentarios de odio o amenazantes?

– Sí, lo he recibido en Facebook y Messenger. Y no sólo de Suecia, sino también de las Islas Británicas y también de Estados Unidos. Entonces te llena uno de risa. Que se hayan tomado tiempo de localizarme para enviar amenazas a algún ser humano al que nunca conocerán. Es terriblemente ridículo. Una persona que puede dedicar esa energía en ello no tiene vida privada. Así se puede la cosa. Hay que sentir lástima por ellos, dice Pär.

Afirma que, en particular la caza de osos es especialmente delicada para muchas personas. Pero creo que las críticas suelen tener su origen en la ignorancia.

– Los osos tiene esa apariencia (leer buena) consigo. Y mientras comen bayas y pastan pasto como las vacas, son muy lindos. Pero cuando aplastan a uno y le arrancan la cara de un mordisco, ya no son tan lindos. Lo prometo. O cuando se pelean con el hijo de uno. Entonces tampoco son tan lindos.

Pär lanza también critica a los medios de comunicación que le «persiguieron» cuando más al conocerse el accidente.

– Me hubiera gustado evitar eso, en realidad. Los periodistas llamaban a las seis y media de la mañana cuando acababa de operarme. Una y otra y otra vez. Cosas así eran realmente más molestas que esos odiosos internautas.

 La caza de osos autorizada de este año está llegando a su fin. A continuación tiene lugar la caza de los alces y entonces Pär y Evert se adentran de nuevo en el bosque. En diciembre, Evert cumplirá 15 años, lo que significa que podrá cazar solo, bajo la supervisión de su padre. Y Pär (se pronuncia PER) señala que todo podría haber terminado mucho peor de lo que realmente terminó. No todo el mundo sobrevive al ataque de un oso.

– Así es . Y estoy muy agradecida de que fuera mi cara y no la de Evert. Después de todo, tengo poco más de 40 años. Evert tiene toda la vida por delante, afirma Pär.

¿Qué pasó con la osa?

– Recibí ayuda de aquellos con quienes cazaba. Lo desollaron y lo cortaron en trozos grandes. Y luego trajeron un despiezador. Así que cuando llegué a casa ya estaba empacado, listo y en el congelador, dice Pär y continúa:
– Pusieron la piel y el cráneo en un congelador en casa de mi padre. Y luego tuve un flashback de esos, cuando abrí el congelador y la cabeza estaba allí. Fue muy desagradable. Pero ahora ha ido a manos de un disecador.

¿Qué vas a hacer con él entonces?

– Será una «trampa de la condesa y el mayordomo». Con calavera y marcos. Pero no sé dónde ponerlo.

Sí, ¿realmente lo quieres en casa considerando lo que pasó?

– No, tal vez ese sea el caso. Pero en cualquier caso, quiere uno conservarlo de alguna manera. Puede que a veces lo saque y lo mire, dice Pär Sundström.

https://www.gp.se/nyheter/sverige/fick-halva-ansiktet-bortbitet-nu-har-han-bj%C3%B6rnen-i-frysen-1.111964076

https://www.tv4.se/artikel/7LND5vW5I82nTcMi9vyGCC/paer-oeverlevde-bjoernattacken-fortfarande-moerbultad-det-spaenner-och-drar

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