La conferencia de prensa durante la caza de alces, en la que el rey comentó sobre el libro «El monarca a su pesar” (“Den motvillige monarken”), se considera por muchos como un fiasco. Sus palabras: «dar vuelta a la página y mirar hacia adelante» se convirtieron en una broma general.
- Récord de baja confianza. Victoria puede ser la salvación.
Sólo el 34 por ciento de los suecos dicen que tienen gran confianza en la familia real. Pero hay esperanza – y la esperanza se llama Daniel y Victoria.
– Un pequeño príncipe o princesa en el castillo de Haga significaría mucho. Funcionó bien en la década de 1950 y sin duda lo volvería a hacer, dice Åsa Malmberg, reportera de la Corte de Hänt Extra.
Las catastróficas cifras de la Casa Real Real se presentan en una encuesta reciente del Instituto SOM en la Universidad de Gotemburgo. Durante 35 años el Instituto ha analizado la actitud de los suecos hacia la monarquía – y los sentimientos nunca han sido tan tibios como ahora.
La boda de la princesa heredera Victoria en junio alzó las cifras temporalmente, pero después del libro «El monarca a su pesar» zambulló la confianza a ‘cifras fondo’.
Victoria, Daniel y su futura familia, es la salvación de la Casa Real, sostienen muchos:
– Sin duda es Victoria la estrella ‘organizadora’ de la Casa Real. Ella es muy profesional y hace todo correcto. Victoria muestra verdaderos sentimientos y es una persona con la que los jóvenes puedan identificarse, dice Åsa Malmberg. [metro.se]
Me parece a mi que ni Victoria ni Cristo pueden hacer ya nada. Las revelaciones del libro, sobre que este tío ‘durante décadas’, casado y con hijos, regularmente asistía a fiestas estilo Berlusconi, con chavalitas en pelotas a las que ‘las invitaban a comidas y bebidas de lujo’, a costa del dinero de los contribuyentes, eso me parece que la gente no lo olvidará. Si fuese que el tío hubiese sido soltero, como el de Mónaco, pues a la gente le importaría un comino, pero un tío casado y que no paró de asistir a ‘fiestas’ –digamos ‘de contenido sexual y gastronómico’- hasta que fue revelado públicamente, eso se llama desconojarse de la gente, tomarla por idiota, y esas cosas, no sé, como que son un poco difíciles de olvidar.
Y luego, como de postre, sale la reina con respuestas tontas a las revelaciones de que su padre era nazista. En vez de cortarles por lo sano y responderles: “Sí, era nazista, y qué tengo yo que ver con eso?”, pues se lía la tía con respuestas estilo monja “pues no sabía yo a qué se dedicaba mi padre”, “creo que en su fábrica fabricaban juguetes” y chorradas por el estilo. Y claro, como viven en otro mundo completamente al de la gente normal, pues salen con eso, con respuestas ‘anormales’.
El tiempo lo dirá, en un periódico pronosticaban que de aquí a 10 años ya no habrá monarquía en Suecia…