La cama también es un campo de entrenamiento

sexEn pleno siglo XXI hay directores técnicos empeñados en que cada vez que sus jugadores abandonen los sitios de concentración, se encajen un cinturón de castidad.

 ¿De dónde sacan los entrenadores que un ‘polvito’ puede desembocar en el fracaso deportivo? En pleno siglo XXI hay directores técnicos empeñados en que cada vez que sus jugadores abandonen los sitios de concentración, se encajen un cinturón de castidad.

Algunos buscan con eso que la fogosidad, tan necesaria en las canchas, no se quede enrollada en las sábanas, tanto que les meten en la cabeza a los deportistas que lo que hacen sobre las tablas de una cama puede traducirse en una pérdida de puntos en las tablas de clasificación.

Esta semana el médico del Universitario, equipo campeón del Perú, dijo que parte de la preparación de los muchachos, en vísperas de un partido, es el «entrenamiento silencioso», que consiste, entre otras cosas, en darle vacaciones al racimo erótico.

¿Saben qué? Esas son puras bobadas. Si tanto les preocupan a estos señores los resultados de sus jugadores, deberían tener claro que la testosterona, esa hormona que se produce justo en esas partes que los futbolistas se cubren cuando hacen barrera, favorece la actividad de los músculos, aumenta la producción del glucógeno que los hace funcionar, fortalece los huesos, estimula la producción de glóbulos rojos, motiva y da agresividad y fuerza.

Ésta, hay que decirlo, no se consigue con largas jornadas de entrenamiento ni privándose de usar aquello que la naturaleza les dio. No, señores: se consigue en la cama, con polvos bien disfrutados. No lo digo yo, sino estudios de los cuales nombro uno, el del israelí Alexander Olshanietzky.

Durante los Olímpicos de Atlanta demostró que los orgasmos se relacionan con las medallas de oro. Y váyanse de espaldas: otra investigación de la Universidad de L’Aquila encontró que los ejercicios extenuantes disminuyen los niveles de la dichosa hormona.

Ahora, a los que creen que eso causa desgaste físico les digo que una faena tranquila y cómoda no representa un gasto mayor a las 150 calorías, lo que equivale a subir dos pisos, y eso se recupera en cinco minutos. […] [La cama también es un campo de entrenamiento/www.eltiempo.com/vidadehoy/salud/ARTICULO-WEB-PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-7314188.html]

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