De visita en la ciudad natal de Pablo Escobar

Pablo Escobar y cocaína. Eso es lo que tu vecino va a decir cuando cuentas que vas a ir a Colombia. Pero la sede del imperio de la droga de Escobar ha pasado de ser la ciudad más peligrosa del mundo a metrópoli* innovadora** que atrae a turistas.

Nos encontramos en el Parque de las Luces en el centro de Medellín, a unos 1500 metros sobre el nivel del mar en la cordillera central de los Andes. Medellín es conocida como la «ciudad de la eterna primavera», pero el cambio climático es también notable aquí y hace considerablemente más calor que los poco más de 20 grados que acostumbraba ser la temperatura diaria constante.

El que se atrevía ir al Parque de las Luces hace 15 años podía testimoniar toda una comunidad de personas marginadas que vivían en la calle y tomaban drogas.

– En su peor momento hasta la policía se negaba venir aquí. Los militares se veían obligados a hacerlo y ‘limpiar’ la zona, dice Natalia Hernández, que era adolescente durante los días más sangrientos de la ciudad.

Natalia es ‘paisa’, una persona nacida y criada en Medellín.

Es domingo, y una docena de patinadores practican trucos en el parque, que con toda honestidad, es más bien una plaza grande. Además de los jóvenes y un trío de policías que pasa a nuestro lado, estamos completamente solos. El centro de la ciudad que en visitas anteriores estaba llena de movimiento se encuentra hoy más vacío que el campo sueco. (Landsbygd)(campo)(se usa sobre todo como como antítesis de ciudad).

– Los domingos va la gente a la iglesia o pasa el tiempo con sus familias, dice Natalia.

Seguimos caminando por las calles desiertas hasta llegar al Plaza Botero, el nombre del artista de la ciudad Fernando Botero que se hizo conocido por retratar voluminosos seres humanos y animales. Aquí no se nota el lento trote dominguero. La plaza está llena de gente y vendedores que tratan de vender jugos y comida rápida como la empanada común.

El número de occidentales es fácil de contar, pero hay aún más turistas colombianos que se sacan fotos con algunas de las 23 esculturas que Botero donó a su ciudad natal.

Botero es el artista más famoso del país y se pueden encontrar sus esculturas en entre otros sitios en Nueva York, París, Madrid, Singapur – y el pueblo escaniense de Kävlinge***. Botero fue él mismo víctima de un intento de asesinato en 1994 y se vo obligado de vez en cuando a vivir en el extranjero por motivos de seguridad.****

En la cercana Plaza de San Antonio se encuentra la escultura Paloma de la Paz***** (réplica de la escultura “El pájaro”, dinamitada por el Cartel de Medellín en 1995 con un saldo de casi 30 muertos y unos 100 heridos) que fue dañada cuando la gerrilla terrorista Farc llevó a cabo un ataque bomba que mató a 25 personas el ano 1995. Una nueva paloma se ha instalado junto a la original ya que el artista quería mantener el averiado pájaro como “un recordatorio de la idiotez”.

En la plaza Parque Berrío hay aún más personas. El día festivo ha transformado el lugar en una gran sala de estar donde las personas tocan música y socializan. Al igual que en la mayoría de las plazas está llena de vendedores que venden cerveza de neveras portátiles por poco menos de un euro la unidad. Ninguno de ellos tiene licencia para vender alcohol, pero la policía hace la vista gorda.

haciendanapoles1Comenzamos nuestro viaje visitando la residencia veraniega Hacienda Nápoles del famoso gángster de la droga Pablo Emilio Escobar Gaviria. Aunque los lugareños y otros turistas nos aconsejaron ir en autobús, optamos por alquilar un coche en Medellín y conducirlo nosotros mismos.

Nuestro coche, un pequeño Chevrolet Spark de color gris, no está construido para escalar montañas. Las carreteras fuera de la ciudad van hacia arriba – abruptamente – y el coche grita cuando avanzamos en la 1ª velocidad. Viven casi 4 millones de personas en el Gran-Medelllín (Medellín ciudad + área metropolitana), pero después de haber subido las peores cuestas llegamos sorprendentemente pronto a zona rural. Pasamos por pequeños pueblos donde se siente como que el tiempo se ha detenido. Los hombres usan grandes bigotes y sombreros aún más grandes, y nuestro entorno es increíblemente verde teniendo en cuenta la reciente sequía.

El tráfico es moderado, pero vamos a parar una y otra vez detrás de grandes camiones lentos que lo tienen aún más difícil que nosotros en las cuestas. Es difícil entender que la tortuosa carretera de un solo carril es autopista entre las dos ciudades más grandes del país, Bogotá y Medellín. Nos damos cuenta de que el viaje deberá tomar su tiempo, y con una pausa para el almuerzo nos lleva cinco horas para llegar a la haciendaque está ubicada a 165 kilómetros de Medellín.

Fuera de la entrada a la hacienda hay una avioneta monomotor sobre la parte superior de una bóveda. Algunos argumentan que es la avioneta con la que Pablo Escobar envió su primer cargamento de cocaína a Estados Unidos, otros sostienen que se trata de una réplica de la avioneta original. En general es difícil obtener información fiable sobre la hacienda que fue asumida por el gobierno tras la muerte de Pablo y ahora está a cargo de una empresa privada.

La familia Nieto de Bucaramanga está en camino a Medellín y se ha tomado un descanso a las afueras de la hacienda. La hija Paula posa delante de la avioneta con sus dos gatos en los brazos.

– No vamos a entrar al parque, sólo queremos tomar algunas fotos antes de seguir adelante, explica.

La Hacienda Nápoles es una experiencia extraña. En la gigantesca zona se encuentran el viejo aeropuerto de Pablo, cebras e hipopótamos que se volvieron salvajes cuando las autoridades abrieron fuego contra la residencia. También hay esculturas de dinosaurios de tamaño natural que Pablo mandó construir para que su hijo tuviese algo con que jugar y una colección de coches calcinados que fueron destruidos en un atentado que Escobar emplazó en la hacienda después de que su rival el Cartel de Cali llevara a cabo un ataque bomba contra él en Medellín.

De la casa original no queda sin embargo mucho. La empresa que gestiona (Atecsa y la Corporación Cultura Ambiental) el parque lo motiva con que envía señales equivocadas el renovar la casa. Cuando el techo del segundo piso se colapsó el año pasado se optó por demoler el piso. Lo que queda son algunas de las paredes llenas de textos y fotos de Pablo Escobar, entre otras cosas cuando posa con armas y cuando está muerto después de haber sido matado a tiros. Algunas imágenes pueden ser consideradas como que glorifican la vida del gángster, pero los textos son claros. Aquí se compara a Pablo Escobar con Adolf Hitler.

Las distancias en la hacienda son grandes, sin duda se tarda una hora en conducir a los diferentes lugares por las carreteras de piedrilla. En la taquilla se puede alquilar un coche de golf con chófer, pero estamos contentos de que al igual que la mayoría de los otros tenemos un coche propio.

Todo no proviene de la época de Pablo – y en ocasiones se siente toda la zona como un parque de atracciones emplazado en lugar inaccesible. Se han comprado más animales, y la mayor atracción es un parque acuático de nueva construcción con toboganes y una cascada. Lo más raro de todo el barullo de atracciones es la vieja plaza de toros de Pablo, con capacidad para 500 espectadores, que ahora se ha reconstruido a museo africano con una desaliñada exposición que en Suecia no sólo sería percibida como ignorante, sino también racista.

Cuatro años antes de que Escobar muriese debería haber sido responsable del 80% de toda la cocaína en EE.UU. y la revista Forbes lo clasificó como el séptimo hombre más rico del mundo. Parte de la riqueza entregó Escobar a las personas más pobres de la ciudad y eso todavía es mencionado por algunos como el Robin Hood de Medellín.

En la hacienda nos encontramos con la pareja Sergio Hernández y Daniela Guzmán de Medellín. Daniela nació el año después de la muerte de Escobar, y su familia tiene una historia con el gángster.

– Mi madre es peluquera, y después de cortarle el pelo a Pablo una vez, le compró una casa a ella, dice Daniela.

Primero no quiere compartir sus opiniones sobre Escobar, pero ya que somos tercos, contesta:

– Era un hombre muy malo, pero creo que hizo más bien que mal.

Sergio no está de acuerdo.

– Pablo ha estropeado tanto para nuestro país. Es importante recordar sus acciones, pero también es importante seguir adelante.

Al anochecer nos alojamos en el cercano eco hotel Le Refuge y vivimos en un bungalow con vistas incomparables del tranquilizante Río Claro. A la mañana siguiente nos vamos a una visita guiada de 3 horas del sistema de cuevas antes de que sea hora para nuestro coche de volver nuevamente a subir las sinuosas carreteras de vuelta a Medellín.

medellin4Colombia experimentó períodos violentos de varias décadas antes de que el tráfico de cocaína avanzara en la década de 1980 y que no finalizó abruptamente con la muerte de Escobar en 1993. Incluso a finales de la década de 1990, era Medellín la ciudad más peligrosa del mundo con más asesinatos por habitante. Grupos terroristas rivales y paramilitares que erigieron sus ejércitos con dinero de la droga de Pablo continuaron la guerra unos contra otros. Pero a principios de la década de 2000 sucedió algo y la ciudad se convirtió en mucho más segura. Durante los años más sangrientos bajo el régimen de Escobar se cometían más de 6.000 asesinatos al año en Medellín, diez veces más que el año pasado.

Hay varias explicaciones de que disminuyese la violencia. Una de ellas es que la ciudad invirtió fuertemente en modernizaciones con edificios culturales y transporte municipal como el único metro del país y teleféricos/metrocables a las zonas más pobres de las montañas (áreas de difícil acceso) en las bordes de la ciudad.

– Es una iniciativa superimportante que tiene que seguir. Los residentes necesitan sentirse incluidos en su ciudad, dice el 44 añero Alejandro Ramírez, quien se vio obligado a huir a Suecia en los años 90 cuando fue amenazado de muerte.  

Con una mezcla de rápido ‘español rico en empatía y sueco oxidado’ nos guía Alejandro en su ciudad natal a la que retornó hace 8 años. Vive cerca de San Javier donde termina una línea de metro y donde el teleférico a La Aurora comienza. Con nosotros están también Jenny, la mujer de Alejandro y su hija Daniela.

Hace 10 años la zona era considerada como muy peligrosa. Ahora andan en bici los niños por las calles y en la zona Comuna n.º 13 San Javier se organizan visitas guiadas entre pinturas de graffiti.

– Medellín ha experimentado un gran cambio, pero hay todavía problemas y es importante que las personas obtengan más posibilidades. Es por ejemplo todavía difícil estudiar y conseguir una buena educación. El legado de las drogas sigue ahí, y no queremos ver más de Pablo en la tele. Necesitamos buenos ejemplos, dice Alejandro.

Viajamos a Medellín para seguir los pasos de Pablo Escobar, pero conocimos una ciudad que es mucho más que drogas y violencia. Lo pasamos tan bien con el pulso de la ciudad, la vida nocturna en la moderna comuna El Poblado, la hospitalidad y las hermosas montañas, que cancelamos la gira Escobar planeada, que entre otros se visita la tumba de Pablo y se puede estrechar la mano de su hermano. Vale la pena sin embargo recordar que Colombia todavía tiene muchos problemas. El país tiene por ejemplo el mayor número de desplazados internos en el mundo debido a que los prolongados conflictos han hecho que millones de personas han sido obligadas a abandonar sus hogares para mudarse a chabolas/favelas/villas miseria/arrabales de las grandes ciudades.
[…] [Fuente:
På besök i Escobars hemstad – DAGENS NYHETER]

Comentarios de las fotos en Dagens Nyheter:

  1. Hacienda Nápoles es una experiencia extraña. En la gigantesca zona se encuentran el viejo aeropuerto de Pablo, cebras e hipopótamos.
  2. La carretera entre Medellín y Bogotá es tortuosa, y en algunas partes es casi imposible adelantar. La imagen está tomada desde el asiento del pasajero.
  3. Las estatuas en el Parque Botero son de bronce, y es posible ver dónde en las estatuas coloca la gente sus manos. Esto significa que las partes privadas son más claras que el resto del cuerpo en la mayoría de las figuras.
  4. Patacón (comida a base de trozos aplanados fritos de plátano verde). Un platillo común en Colombia.
  5. Bares para tomar zumos son comunes – pero evita el exceso de azúcar, las frutas son por lo general lo suficientemente dulces como son.
  6. Sergio Hernández y Daniela Guzmán. La madre de Daniela es peluquera y obtuvo una casa de Pablo Escobar después de haberle cortado el pelo.
  7. Vista de Medellín, donde los suburbios se alzan a lo largo de las colinas que rodean el centro de la ciudad.
  8. En el panel de información en la Hacienda Nápoles se compara a Pablo Escobar con Hitler.
  9. Aquí vivió Pablo Escobar – hoy en día la hacienda está abierta al público y funciona en parte como un Parque Temático.

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