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Jon Weman sobre las demandas de los bancos tras el plan de rescate
Este es el plan que salvará a Grecia – se podía leer en el periódico Dagens Nyheter el lunes 4 de julio. Casi nada en esa frase es cierto.
Ni el presente ni el anterior paquete de préstamos ha sido nunca jamás para salvar a Grecia. En círculos financieros ha sido el verdadero propósito durante mucho tiempo un secreto a voces: «No es más cuestión de si Grecia suspenderá los pagos … es sólo una cuestión de tiempo … y quién se queda con la factura”. «¿Puede todo el mundo dejar de mentir sobre la crisis en Europa!
Esto no trata de rescatar a Grecia. Se trata de rescatar a los bancos que les han prestado a ellos … una vez más todos somos mantenidos como rehenes por una pandilla de banqueros», escriben por ejemplo dos de los analistas del sitio MarketWatch. Se trata de otro apoyo bancario oculto.
El plan de medidas no es para salvar a Grecia. Es bien sabido – de América Latina en los años 80 y del sudeste asiático en los años 90, por ejemplo – que las consecuencias de acciones similares van del estancamiento al colapso. El objetivo no es lograr un equilibrio en ningún presupuesto estatal. El objetivo es introducir los programas políticos que el FMI y la UE siempre han querido poner en práctica en cualquier caso. Es ampliamente conocido que una de las principales causas del problema de Grecia es la evasión masiva de impuestos; y como si fuera poco 213 oficinas de impuestos cerrarán en el país y, créelo o no, la recaudación de impuestos será parcialmente privatizada.
Bulgaria tiene una deuda nacional de tan sólo el 16 por ciento del PIB, sin embargo fue el país presionado para ser considerado a una futura adhesión a la UEM a drásticos recortes en las pensiones, sanidad y salarios del sector público. Además fue el gobierno obligado a firmar un «pacto de estabilidad financiera», con tope legal para los gastos del estado y una regla sobre que en el futuro se requiere una mayoría de dos tercios para aumentar impuestos salariales y de empresas.
Desde enero de este año, la Comisión Europea, sin ruidos, se ha tomado la tarea de examinar todos los presupuestos de los países miembros y emitir «recomendaciones». La evaluación de la comisión no se negocia con los gobiernos, ya que es «objetiva», se puede saber en un documento de «preguntas y respuestas». No es ese tipo de recomendaciones que se pueden elegir escuchar o no: para los países de la UEM hay determinadas sanciones a tomar, pero también el resto de los países calcula la comisión que se enderezarán gracias a la «presión de grupo» y “presión de mercado». Aquí está claramente escrito qué línea se debe seguir, como por ejemplo: «todos los estados miembros … deben contener el crecimiento del gasto público muy por debajo del crecimiento del PIB «y» los estados miembros que no lo hayan hecho, deberán elevar la edad de jubilación y fomentar el ahorro privado de jubilación«. Los impuestos progresivos deben reducirse y el IVA – el único impuesto que los pobres pagan más que los ricos – se incrementará en su lugar (como en el paquete de rescate griego).
Los países de la eurozona tienen desde marzo también otro reglamento supranacional neoliberal a seguir, el llamado «Pacto por el Euro Plus».
Algunos creen que no es suficiente. El presidente del BCE Jean-Claude Trichet pidió en un discurso en junio un «departamento europeo de finanzas», que inicialmente tomaría el mando en los países muy endeudados. Cuanto más fuerte se convierta la contra-reacción popular en contra de la política, más ingenio se requiere para minimizar la influencia democrática sobre él.
Mientras tanto, todos nosotros que nos hemos preguntado a dónde ha ido a parar el dinero realmente, por fin hemos obtenido una respuesta. El reporte anual de la riqueza mundial de Capgeminis y Merrill Lynch muestra que el número de millonarios en todo el mundo aumentó un 8,3 por ciento y su riqueza total un 9,7 por ciento a 43 trillones de dólares el año pasado, superior a la que era antes de la crisis financiera. En Europa aumentó la fortuna de los millonarios en un 7,2 por ciento, bastante asombrosamente se convirtieron los multimillonarios en más ricos en todos los países europeos, incluso en los países en quiebra. «Las cifras apoyan la tendencia que hemos visto desde hace muchos años ahora: el surgimiento de un global ‘los –ganadores-toman-toda (o casi toda) la economía’, comenta el Wall Street Journal, con una franqueza sorprendente, aunque sin mencionar que no ha sido precisamente un desarrollo espontáneo .
Las formas son nuevas, pero el patrón es reconocido: red de seguridad para los ricos, disciplina de mercado para los pobres. [aftonbladet.se]