Actúan como sumideros de CO2
- Los bosques juegan un papel clave en la lucha contra el cambio climático
- Una papelera sueca defiende que es posible reducir el impacto ambiental
- Reforestan las zonas taladas y sus bosques tiene la certificación FSC
- Reducen remisiones, su consumo de agua e invierten en tecnología moderna
- Los ecologistas creen que la gestión de los bosques aún puede mejorarse
A Umeå se la conoce como la ciudad de las hayas. Más de 3.000 árboles decoran las calles de esta localidad situada al norte de Suecia, hogar de algunos de los bosques más espectaculares de Europa. El sector papelero es también uno de los motores económicos de la zona, una industria que ve cómo cada año aumenta la demanda de sus productos y que tradicionalmente ha estado en el punto de mira de los ecologistas por su impacto ambiental. Y es que la conservación de los bosques, que ocupan aproximadamente el 30% de la superficie del planeta, es un aspecto clave en la lucha contra el cambio climático, pues actúan como sumideros de CO2.
La empresa papelera sueca SCA, uno de los mayores propietarios privados de bosques de Europa (gestiona 2,6 millones de hectáreas), tiene en Umea una de sus fábricas, la planta de Obbola. La compañía defiende que es posible explotarlos de una manera sostenible y obtener beneficios. En un país tan sensibilizado como Suecia con el medio ambiente, minimizar el impacto en el entorno es una obligación para los empresarios, que a su vez dan a sus productos un valor añadido.
Reducir emisiones y ahorrar recursos
La compañía, que cuenta con unos 50.000 empleados en 50 países (en España tiene tres plantas en las que trabajan casi mil personas) establece objetivos propios de reducción de emisiones de C02 y de ahorro de agua y energía: «Analizamos continuamente todos los factores para evaluar cuánto hemos mejorado y marcarnos nuevos objetivos a medida que vamos cumpliéndolos», explica Patrik Isaksson, vicepresidente de asuntos ambientales de SCA, en la sede de la empresa de Estocolmo.
Entre 2005 y 2010 redujeron su consumo de agua un 15% y el contenido de residuos orgánicos en agua cayó un 30% en el mismo periodo. Su actual objetivo es reducir un 20% las emisiones de CO2 en 2020 (utilizando 2005 como año de referencia).
Asimismo, la empresa ha construido varias centrales eólicas para producir energía e invierte en la producción de biocombustibles. Su intención es reducir al máximo el consumo de combustibles fósiles y llegar a autoabastecerse con renovables.
Certificación FSC
Sus bosques cuentan con lacertificación internacional FSC, que garantiza una gestión sostenible. Cada año talan alrededor de 20.000 hectáreas de bosque en zonas seleccionadas siguiendo el ciclo de crecimiento, que dura aproximadamente un siglo. En las zonas que se talan, se dejan ejemplares sin cortar para preservar la diversidad biológica y para los animales del bosque.
Por cada árbol que se corta, se plantan tres ejemplares para asegurarse del éxito de la reforestación, pues no todos los árboles plantados llegan a adultos (algunos no crecen y otros se talan al cabo de varias décadas).
Para llevar a cabo la reforestación se utilizan árboles de vivero. Cada hora se plantan entre 100 y 150 ejemplares.
Aproximadamente la mitad de la madera que usa SCA proviene de sus propios bosques. El resto se la compran a contratistas seleccionados. No todos los bosques de los que proviene su madera, sin embargo, tienen la certificación SCA, una obligación que, aseguran, exigirán pronto a sus proveedores.
Los trabajos de tala se prolongan durante todo el año, incluso en invierno. Y es que a pesar de la dureza de esta época, en la que no es infrecuente que el termómetro baje hasta los -20º en el norte de Suecia, el agua de los lagos se congela y abre nuevos accesos en los bosques. […] [Teresa Guerrero/elmundo.es]