Café, alcohol, sexo y un par de narices

Ciertas cosas con las que solemos disfrutar, en ocasiones la ciencia las transforma en factores de riesgo que desencadenan enfermedades, como aneurismas o infartos de miocardio. Un reciente análisis incluye en la lista «oscura» el café, el alcohol, el sexo, sonarse la nariz… o inhalar el «aire sucio» de las ciudades.

CAFÉ1Un estudio del Centro Médico de la Universidad de Utrech (Holanda), publicado esta semana en Journal of the American Heart Association, ha identificado los ocho riesgos más importantes que se vinculan a la ruptura de un vaso sanguíneo cerebral, fenómeno conocido como aneurisma (dilatación del vaso por debilidad en su pared); y cuyo resultado es un accidente cerebrovascular. Hasta ahora, como factores de riesgo conocíamos la edad y la hipertensión (a más, plus), y que las mujeres tenían mayor incidencia que los hombres. Ahora, anoten más cosas que deben de hacer para evitar el daño cerebral por esta causa, y que son: moderar el consumo de café y cola, el ejercicio (nada de vigoroso), sonarse la nariz (sin estridencias), las relaciones sexuales (posibilidades reales), la defecación (sin forzar la máquina o con laxantes), y van seis, y añadan que hay que evitar enojarse y asustarse por sorpresa (como futurólogos) y así completamos las ocho píldoras preventivas del derrame cerebral. Además, los aneurismas también pueden ocurrir en lugares distintos del sistema nervioso central.

Los investigadores holandeses han calculado que el 2% de la población europea (son muchas personas, una de cada 50) tiene un aneurisma cerebral sin estallar; pero hay que indicar que disponer en nuestro cerebro de una de estas estructuras, a punto de reventar, no produce síntoma alguno en la mayoría de los casos (suelen descubrirse por casualidad), y por lo tanto, pasan desapercibidas durante toda la vida, incluso para los más listos. En el origen más común de la ruptura del vaso, está el aumento súbito, y por corto tiempo, de la presión arterial. Pero en los casos, los menos, que causan síntomas, éstos incluyen visión doble o un dolor de cabeza muy intenso que en su punto máximo puede durar menos de un minuto; en su origen tendríamos pequeñas fugas de sangre por el aneurisma, que son reparadas por el organismo rápidamente.

Otros investigadores, añaden como factores de este suceso, el consumo de tabaco, la ausencia de ejercicio físico y la dieta de cafetería; así, la literatura científica indica que el café es el responsable del 11% de los aneurismas cerebrales, mientras el ejercicio físico vigoroso es el 8%. Sin embargo, en aquellas personas que tiene un diagnóstico fiable de disponer en su organismo de un aneurisma, el octeto de riesgo se distribuye de la siguiente manera, de menor a mayor: el consumo de café, sonarse la nariz con ímpetu (¡con dos narices!) y la actividad física enérgica, multiplicarían el riesgo dos veces, mientras el consumo de bebidas de cola son tres veces, estar enojado o practicar la ira eleva el riesgo ocho veces, esforzarse al defecar son siete veces, y la práctica del sexo lo aumenta once veces. El récord lo tenemos en ser objetivo pasivo de un susto por sorpresa, ¡vaya gracia!, que eleva el riesgo de romper una cañería cerebral en más de 20 veces. […] [MANUEL PORTOLÉS/levante-emv.com]

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