Conoce cuáles son los mejores destinos a la orilla del mar para visitar este año, según la lista de TripAdvisor. Vieques está incluido.
Las playas son algunos de los destinos preferidos para muchos viajeros, y lugar ideal para convivir con la naturaleza. TripAdvisor, página especializada en viajes, realizó una votación entre los viajeros para seleccionar la lista de los 25 mejores destinos de playa en este año. Vieques en Puerto Rico figura entre las 25, entre otras del Caribe, México y Estados Unidos. Conoce los destinos donde se combina de mejor forma sol, arena y mar.
1. Providenciales, Turk y Caicos
2. Borácay, Filipinas
3. Eagle Beach, Aruba
4. Negril, Jamaica
5. Tulum, México
6. Myrtle Beach, Carolina del Sur – visitsouthcarolina.net
7. Playa de Siete Millas, Gran Caimán – caymanactivityguide.com
8. Punta Cana, República Dominicana
9. Cape May, Nueva Jersey
10. Santa Teresa, Costa Rica – malpais-beach-rentals.com
11. Maldivas, Malé
12. Panamá City, Florida
13. Miami Beach, Florida
14. Bora Bora, Polinesia Francesa
15. Isla Mujeres, México
16. Isla de Sanibel, Florida
17. Playa del Carmen, México
18. Isla de Vieques, Puerto Rico
19. Ayia Napa, Chipre
20. Cancún, México
21. Cayo Santa María, Cuba
22. Scíathos, Grecia
23. Clearwater, Florida
24. Honolulu, Hawai
25. Ko Phangan, Tailandia
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Costa Rica es muy bonito. De eso no hay duda. Y tiene playas muy chulas. Y mujeres hermosísimas.
El problema de las playas, para mi experiencia personal, fue un choque. Los mosquitos, los ‘helicópteros’ o libélulas, o algo así creo que se llaman, y otros insectos, no te dejaban disfrutar de nada. En las fotos de las playas de Costa Rica casi siempre brilla la gente por su ausencia. El motivo es lo que antes he mencionado y las corrientes marinas. Si vives un tiempo allí, leerás con frecuencia los días lunes sobre todo, que en tal o cuál playa se llevó el mar a tal o cuál o a tales o cuáles personas.
En Playa del Coco en Guanacaste observé algo diferente. Estaba fumando un cigarro mirando a la playa frente al hotel (por lo menos entonces único junto a la playa) y ví que jugaban con el agua a medio cuerpo una chavala norteamericana con su chaval tico. De pronto que salen del agua y vuelven a sumergirse a sólo unos metros de esta pareja un par de peces grandes, como pequeños tiburones o peces espada o no sé que clase de peces serían!. Me quedé acojonado.
Por las noches en los hoteles tienes que dormir con el ventilador en marcha para alejar a los mosquitos.
Una noche, en una casa de madera de dos pisos, en San José, un sismo!. La cama que se iba pa’lante y pa’trás longitudinalmente!. Unos 10 segundos. Casi que me da un ataque al corazón. Y en el techo una mariposa negra gigante. Y los xagus o ratoncitos de cada noche como ya era costumbre y a los que cazaba con cepos. A la mañana siguiente fui al bar restaurante de la mujer que alquilaba las habitaciones y comenté con algunos lo sucedido esa noche. Y me contestaron: “Si sólo fue de 3 y algo!”, no recuerdo exactamente de cuánto fue en la escala de Richter. O sea, que para los ticos esto no era nada.
Otro día, también en San José, en el centro, me encontré con un español que salía de una tienda de esas que venden armas. Yo estaba mirando al escaparate y no se cómo, empezamos a hablar. Y me dijo: “Aquí en Costa Rica, puedes entrar a una tienda de estas y salir armado como Rambo!”. Y el resultado se puede leer en los periódicos. Por cualquier chorrada, por ejemplo en un bar, se cabrean y en vez de liarse a hostias, sacan la pistola y allí se van al cementerio.
Y luego el aeropuerto. Jodé con los perros antidrogas!. Qué paliza!. Venga y venga oler al bolso de viaje!.
Resumiendo, que para mí, Costa Rica fue algo muy interesante, pero no como que me entraron ganas de volver.
El problema de las chavalas o las ‘ticas’ es que a los españoles no les tienen mucha estima. Ni a los chavales del resto de los países del planeta. ‘Adoran’ -en el más estricto sentido de la palabra- sólo a los extranjeros con pelo rubio y ojos verdes o azules. Algo despotorrante. O sea, gente de países como EE.UU, Canadá, Escandinavia, Suiza, Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra y algún otro país. Fue algo que aprendí muy a detalle: Una chavala que andaba loca por ‘un suizo de ojos azules y rubio’. La tía me despertó a media noche golpeando la puerta de la habitación en la que me encontraba preguntando a chillidos que dónde estaba ‘el suizo’. Al contestarle que ‘qué suizo?’ me dijo que «el rubio de ojos azules!!!». Le dije que no tenía ni pijotera idea y se cabreó y se largó. Resulta que el suizo era un calvo que sólo tenía algo de pelo rubio bajo las orejas. O sea, calvo casi completo. Vivía en el bajo de la casa de madera donde yo estaba hospedado. Pero tenía ojos azules, era suizo, tenía algo de pelo rubio y …estaba construyendo un chalet. Todos los días al desayunar sacaba sus planos sobre la mesa en el bar a la hora del desayuno, a la hora del almuerzo, y un día discutía con un fontanero, otro día con un electricista, en fin, que antes de acabar de construir el chalet, casi medio San José se entera de que ‘el suizo’ estaba construyendo un chalecito por allí. Resumiendo: que parece que ponen el signo de igualdad entre dinero y gente de pelo rubio y ojos azules o verdes. (!)
Y luego los vascos. Algo que desconocía por completo. Miras en la guía telefónica y jodé, no voy a decir la mitad, pero no muy lejos. Montones y montones de apellidos vascos. Gente que emigró allí hace bastantes generaciones. Me encontré con unos cuántos. Con uno de ellos, en el mirador arriba de San José. Echevarría se apellidaba (no Echeberría). Era propietario de una ganadería. Qué creído!. Qué asco de tío!. Al estilo de los ‘eurodiputados’, me imagino, que parece que se creen que son San Dios y pertenecen a la clase de gente con ‘potestad’ como Iturgaiz.