El manejo griego del caso Anna es inaceptable. A la espera de una declaración clara de que el estado griego cumpla los requisitos de seguridad jurídica propongo que los suecos dejen de hacer reservas de viajes de vacaciones a Grecia, escribe Mårten Schultz, profesor de derecho civil.
Hace unos años fue el caso del sueco Calle Jonsson, quien fue acusado de haber cometido un delito en Grecia, el que estuvo en el centro de atención. Durante el juicio, escribí lo siguiente:
«Rara vez se han montado tantos sobre caballos tan altos. El sistema de justicia griego se describe más o menos unísonamente como completamente inseguro en derechos y primitivo. Ni mucho menos como el sistema judicial sueco altamente inmutable y civilizado. Esto se deriva de un marco de orientalismo jurídico. Una crítica basada en prejuicios y razones sin fundamento, construyó imágenes de «los otros». Mejor sería si pudiéramos evitar generalizaciones imprecisas. Si vamos a ser miembros del mismo club que Grecia sería de buen gusto si pudiéramos permanecer lejos de esa actitud condescendiente y arrogante. »
Es una actitud base que es aún sostenible. Pero es una posición que he tenido que matizar después de los recientes acontecimientos. Lo que pienso es en el caso Anna (Svenska Dagbladet, 14, 15/4).
Anna estaba de vacaciones en Samos, en Grecia, y denunció a la policía que ella había sido víctima de una violación. El caso no llevó a ninguna sentencia condenatoria sino que el caso se cerró antes de que fuera a juicio.
Si la presentación de informes sobre el caso de Anna se hubiese quedado en estos datos no habría habido mucho espacio para la crítica por parte de nosotros que sólo tenemos información sobre el caso a través de los medios de comunicación. Lo que realmente pasó con Anna, no lo puedo saber. Yo no estaba allí y no he recibido ninguna prueba. Un buen principio dice que debe uno abstenerse de especular en cuestiones de responsabilidad si está con información incompleta. Pero hay un problema de culpabilidad que podemos responder sin especular. Y es de Grecia.
En la decisión que fue tomada de no llevar al hombre nombrado como violador al tribunal se pronuncia que Anna debería haber andado en busca de «aventuras eróticas», una declaración difamatoria dadas las circunstancias. Además se dice que se ha convertido cada vez más común que mujeres escandinavas denuncian delitos de violaciones en Grecia para obtener dinero del seguro, lo que naturalmente es también una declaración difamatoria, dadas las circunstancias. Las autoridades judiciales redondearon su manejo con permitir procesar a Anna por por imputación falsa.
El manejo de las autoridades griegas del caso es inaceptable. La Convención Europea exige a las naciones europeas a proteger nuestros derechos humanos básicos.
En el caso de Anna no ha ocurrido así – como Sven-Erik Alhem y Gunilla von Wachenfelt ya lo han expuesto anteriormente (Brännpunkt 14/4). Es también particularmente inquietante porque Suecia, así como Grecia, son miembros de la cooperación europea y Suecia se ha comprometido dentro de esta cooperación a transferir ciudadanos sospechosos a otros países de la UE (aunque no parece que vaya a ser actual en este caso).
Un aspecto significativo del caso Ana es que la culpa recae sobre Grecia como estado. Las injurias a Anna han sido realizadas por los representantes del estado a través del poder judicial. La imagen de la conducta griega se ve afectada por un representante de alto rango del Estado griego – un ‘attaché’/agregado en la embajada griega en Estocolmo – ha expresado opiniones prejuiciales sobre mujeres suecas turistas en Grecia, al igual que las ideas planteadas en la decisión de retirar el caso Anna.
Tal vez esto refleja un problema cultural. Pero no es el problema cultural lo que es la principal razón para criticar sino los delitos contra los derechos humanos. Y es contra el Estado de Grecia que las críticas deben ser dirigidas. Estas críticas no deben correr el riesgo de ser culpadas de orientalismo jurídico. La idea de que los Estados europeos deben respetar nuestros derechos humanos básicos es algo que compartimos con Grecia. De hecho la idea de la justicia tiene sus raíces en la antigua Grecia.
La Grecia contemporánea parece mientras tanto tener dificultades para cumplir con las exigencias de la justicia – y de eso debemos distanciarnos. El Ministerio griego de Justicia ha dicho ahora que revisará el caso, Anna. Es bueno.
A la espera de una declaración clara en cuanto sobre cómo el Estado griego concretamente va a asegurar que la siguiente denunciante de un delito de violación sea tratada adecuada- y justamente por las autoridades judiciales sugiero que nos abstengamos de hacer reservas de viajes de vacaciones a Creta o Rodas. O Samos.
Cuando el destino de viaje es un país que viola los derechos fundamentales y que además parece mostrar un problema cultural en relación a las mujeres suecas hay motivo para clara- y colectivamente tomar distancia. [svd.se]
Conclusión:
Que si eres mujer y vas de vacaciones a Grecia y te violan y denuncias al violador, si no dispones de un vídeo que haya gravado toda la secuencia, pues que te llevan a tí a los tribunales por ‘mentirosa’.