Cada vez más ciudadanos de la UE viven en la miseria en las calles de Estocolmo. Han utilizado la libertad de circulación dentro de la Unión Europea en busca de trabajo. Cuando eso fracasa no hay ninguna red de seguridad. Esta semana comenzaron Stadsmissionen y el municipio la puesta en marcha de un centro de ayuda.
Las organizaciones voluntarias improvisan soluciones. A las personas se les permite dormir en el suelo. Entre otros en el café de Stadsmisionen y la iglesia Klara. Algunos comparten pisos hacinados. Muchos duermen a la intemperie, por ejemplo en el sistema de túneles de la zona de Slussen. Se estima que hay un par de cientos de personas en el grupo. No se dispone de estadísticas.
– Es una zona gris difícil, dice Fredrik Jurdell, jefe de administración del servicio social de Estocolmo. Debemos utilizar el dinero de los impuestos para lo mejor de los habitantes del municipio, los ciudadanos europeos no son en realidad ‘nuestra cosa’.
Pero el municipio está invirtiendo dinero ahora junto con entre otros Stadsmissionen, el Fondo Social Europeo y el Servicio de Empleo en un proyecto que abrió sus puertas esta semana.
En un local temporal en Södermalm se ofrece, entre otros, comidas, asistencia médica de emergencia, enseñanza del sueco e información sobre el mercado laboral sueco pero también la oportunidad de regresar a su patria.
Joseph, de 53 años, se quita su camiseta y se queja de dolores en el pecho. El médico del proyecto Rolf Byström lo examina. El médico desea excluir la tuberculosis y remite a Joseph a rayos X al día siguiente. Rolf Byström lo considera como una medida de emergencia, debido al riesgo de contagio.
– Se trata de consideraciones difíciles, dice Rolf Byström. Algunos de este grupo necesitan más atención sanitaria de lo que tengo permitido dar. Puede ser un tratamiento para insuficiencia cardíaca, problemas pulmonares o diabetes. Pero se considera muchas veces como no de urgencia.
El destino de Joseph es similar al de muchos otros. Tiene permiso de residencia permanente en la UE pero originario de Ghana, en África occidental. En 1989 abandonó su país y llegó a Libia. Después de unos años llegó a Italia, donde recibió un permiso de residencia en 1996. La falta de puestos de trabajo lo llevó tres veces a Suecia. Pero ahora quiere ir a casa tan pronto como sea posible a la esposa y a los hijos adultos. En su último ‘enrolamiento’, en Sundsvall, fue engañado en la mayor parte de la compensación económica por retirada de nieve de tejados y distribución de publicidad. Ahora espera obtener ayuda con su billete de regreso a casa.
Los ciudadanos de la UE que quieren permanecer en Suecia durante 3 meses, formalmente, tienen que tener puesto de trabajo, estar activamente buscando empleo o disponer de medios para ganarse la vida.
– Muchos en el grupo tienen trabajo de vez en cuando, pero no es suficiente para poder sobrevivir económicamente, dice Malena Bonnier, líder de proyectos de Stadsmissionen. Muchos quieren ir a casa ( volver a sus países de origen), pero terminan en una situación en la que no tienen dinero para el viaje a casa. Son enviados a los servicios sociales que a su vez los remiten a las embajadas, que por lo general dicen que no. Ellos quedan pues, atrapados aquí.
Una que ve muchos del nuevo grupo -cada vez mayor- de personas sin hogar es Anna Malmqvist, jefa del sitio Ny Gemenskap en la calle Kammakar (Kammarkargatan) en Estocolmo.
– Esta gente está totalmente concentrada en sobrevivir. El encontrar un trabajo es empujado cada vez más hacia el fondo. Para las 15 plazas de dormir en la Iglesia de Klara (Klara Kyrka), puede haber una lista de espera de 60 nombres. Muchos de ellos pasan la noche en las terminales del aeropuerto de Arlanda, en McDonald’s o en el autobús nocturno a Södertälje. Es absolutamente terrible. […] [dn.se]