El padre de la reina Silvia era nazi

El documental que descubre al padre de Silvia

El oscuro secreto de familia de la reina Silvia es revelado en TV4 esta noche (ayer) – su padre no fue ‘solo’ miembro del partido nazi alemán.

Él también se ‘apoderó’ de la empresa de un judío, como parte del objetivo de Hitler de hacer de Alemania ‘aria’ y en el programa Kalla fakta («Hechos en frío») se muestra el documento en el que se clasifica la toma de posesión como una «Arización».

Él tampoco fabricaba juguetes como la reina creía*la fábrica fue parte de la maquinaria de guerra de Hitler.

Dentro de la familia Sommerlath llegan las informaciones sobre que Walther Sommerlath se hizo cargo de una empresa de un judío como parte de la lucha de Adolf Hitler para hacer Alemania aria como un shock.

Yo no sabía nada acerca de esto. Fue una novedad para mí. Yo ni siquiera había nacido en ese momento y no es nada sobre lo que yo he hablado con mi padre, dice Thomas Sommerlath a Expressen.

Él es primo de la princesa heredera Victoria y sus hermanos, y su hija fue la niña de las flores en la boda de la princesa este verano.

Su tío Ralf, el hermano de la reina, dijo a Expressen:

Yo no sabía que el hombre al que mi padre ‘compró’ la empresa era judío.

La reina Silvia y sus hermanos han vivido en la creencia de que su padre no fue parte de la persecución de judíos de Hitler. La negación comenzó incluso antes de la boda real en 1976 cuando su padre, Walther Sommerlath, en una entrevista con el periodista de Expressen Ulf Nilson negó haber sido miembro del partido nazi alemán.

Ha sido revelado como una mentira por el periódico ‘Arbetaren(El trabajador) que hace ocho años que encontró la tarjeta de membresía del partido nazi de Walther Sommerlath. Silvia y sus hermanos han rechazado eso diciendo que todos fueron obligados a colaborar con el partido nazi.

Él no era políticamente activo. Él no era un soldado, explicó la reina Silvia de Suecia la primavera pasada en un documental sobre la familia real en el canal TV4.

Walther Sommerlath vivía en Brasil cuando se unió al departamento extranjero del partido nazi. En «Kallla Fakta» se constata que sólo 2.900 de los 80.000 alemanes que entonces vivían en Brasil se unieron al partido nazi.

En abril de 1938 regresó Walther Sommerlath a Alemania y ‘se hizo cargo’ de una fábrica en Berlín. La reina Silvia hasta ahora ha vivido en la creencia de que él producía principalmente juguetes.**

Creo que hacía trenes eléctricos para niños y secadoras de cabello y máscaras de gas para uso civil. Es un error decir que hacía tanques y no sé qué más, dijo la pasada primavera.

En el programa de TV4 ”Kalla fakta” se revelan esta noche (ayer noche) documentos que muestran que la reina no ha conocido toda la verdad. ***

La fábrica de su padre era parte de la industria de guerra alemana y estaba especializada en la fabricación de miras, óptica y otros para el armamento aéreo de Hitler – la Luftwaffe.

Documentos de la época de ‘la toma de la fábrica’ también muestran que el antiguo propietario fue ‘marcado’ como «judío». La ‘adquisición’ fue realizada unos meses después de la Noche de los cristales rotos/Kristallnacht, cuando incluso los judíos más pro-alemanes se dieron cuenta de que lo mejor era abandonar el país.

Con posterioridad, la adquisición de las empresas se ha descrito como la aniquilación de los activos financieros de los judíos. Empresarios con origen judío se vieron obligados a abandonar Alemania cuando Hitler iba a crear un estado ario en lo que se llama la Arización.

Documentos que se presentan en «Kalla fakta» (se pronuncia “Kála fakta’) demuestran que Walther Sommerlath, miembro del partido nazi alemán, fue una parte de la arización de Alemania. Las cartas de la empresa de Walther Sommerlath son firmadas también con «Heil Hitler».

Y cuando Walther Sommerlath es registrado como nuevo titular de la empresa pone claramente en un documento de la Oficina de Registro de Empresas alemanas que se trata de ”arisierung” – “arización» – por una empresa que antes era propiedad de un judío.

Él se llamaba Efim Wechsler y después de dejar la compañía, huyó a Brasil con su familia. [expressen.se/…/dokumentaren-som-avslojar-silvias-pappa]

[…] Desde el ascenso de Hitler en 1933 la vida de los judíos en Alemania fue transformándose. Poco a poco fueron excluidos de toda actividad productiva, social y política. Les inhibieron la ciudadanía alemana, los eliminaron de todo cargo público y les usurparon sus propiedades a través de un sistema de compra absurda en el programa conocido como “Arización” y en el que los propios nazis compraban propiedades y empresas a precios irrisorios, traspasando así los bienes judíos a sus propias manos o las de empresas aliadas al régimen. […] [Mucho más que cristales rotos, Prof. Ángela M. Waksman]

* Por lo menos eso es lo que dijo en una entrevista en la TV hace como medio año atrás.

** El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera – Alexander Pope

*** Si hubiese contestado desde un principio: “Pues sí, mi padre era nazi, y qué tengo yo que ver con eso?”, no habría pasado nada. Pero en vez de eso contestó de forma rara (con un idioma corporal como que estaba pensando en lo que tenía que decir, mirando a un lado en vez de mirar a la cara al que la entrevistaba, etc.).

Me ocurrió a mí una vez algo parecido, quiero decir, ser acusado de algo con lo que yo nada tenía de ver, como en este caso, que parece que Silvia siente como que la acusan a ella, e intenta esconder la verdad sobre su padre.

Estaba yo a las afueras de Baños, en Ecuador. Caminando por una carretera a unos kilómetros, vi un cartel que anunciaba una ‘piscina termal’ o algo así, no recuerdo el nombre. Sentado junto a la pequeña piscina en la hierba, un ‘nativo’ que también estaba allí intentó entablar conversación conmigo preguntándome de dónde era, y al contestarle yo que era español, se me puso bravo y casi como que dispuesto a meterse a hostias conmigo: “Españoles! Nos robásteis todo el oro que había en Ecuador!», etc., etc. Iba a contestarle que qué coño tenía yo que ver con lo que ocurrió hace siglos y se me adelantó: «Y de dónde en España eres tú?». Le contesté que del País Vasco y de pronto se me calmó el tío: «Ah! Eso es otra cosa. Los vascos no sois como los españoles, que nos robaron todo y ahora somos pobres!».

En fin, a lo que iba, que si Silvia hubiese contestado con algo como “pero y a mi qué me contáis sobre si mi padre fue esto o aquéllo, qué tengo yo que ver con eso?», pues todo se habría calmado.

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