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Después de tres horas sin beber, con calor extremo, la ventana era el último recurso. “Entonces rompimos la ventana, estábamos obligados para obtener aire», dice Pär Lagerlund de Sundsvall.
El tren X 2000 de la SJ (RENFE sueca) hacia Gotemburgo se averió a sólo diez minutos después de la salida de Estocolmo. Durante siete horas, estuvieron sentados algo más de 200 pasajeros en los vagones entre Flemingsberg y Södertälje.
Los pasajeros se convirtieron en prisioneros durante siete horas en un tren hirviente.
La temperatura subió a 60 grados y el agua ya se había acabado.
Entonces, Pär Lagerlund, de 42 años, cogió el hacha contra incendios y rompió la ventana.
– Tomé la ley en mis propias manos, dice.
El tren de Gotemburgo que salió de la Estación Central de Estocolmo a las 14:10 se paró ya después de diez minutos. La locomotora se había roto y el tren quedó ‘quieto y parado’ entre Flemingsberg y Södertälje. El calor subió en los compartimentos cuando el aire acondicionado dejó de funcionar. Entonces los pasajeros no podían imaginar que iban a estar atrapados en el calor infernal durante siete horas.
Al principio, el personal repartió en el tren alimentos y bebidas gratis en el vagón cafetería. Pero a las 17.00 todo se había acabado, excepto la cerveza y el vino.
El calor se hizo insoportable pronto porque las ventanas de los trenes X2000 no se abren. Según testimonio de algunos pasajeros, la temperatura llegó a 60 grados y el pánico se aproximaba.
– La gente gritaba: ¡Abrir las puertas! Había una atmósfera de linchamiento contra el personal, dice Kate Fjeldseth.
La exigencia de poder abandonar el tren, o al menos tener acceso a agua y alimentos no resultó en nada. Los pasajeros obtuvieron la respuesta de que estaban esperando a una locomotora remolque.
– ¿Qué se hace si alguien se colapsa? ¿Por qué no piensan en alguna otra solución? Después de cinco horas, están todavía dándole vueltas a una “locomotora de ayuda», dice Peter Larsson, de Skövde, que estaba muy preocupado por su suegra de 80 años de edad que estaba a bordo.
A las 20 horas, cuando el remolcamiento a la estación de Södertälje después de seis horas había comenzado por fin, la situación se hizo cada vez más desesperada. De repente se desmayó un hombre de 30 años de edad que sufrió una insolación.
– Se desplomó y lo acostamos en el piso donde estaba un poco más fresco. Un médico que había en el tren trató de enfriar los ganglios linfáticos poniéndole cerveza fría en los calzoncillos, dice Pär Lagerlund de Sundsvall, que iba de vacaciones con su esposa y tres hijos.
Al mismo tiempo que un padre angustiado se precipitó en el vagón, con un bebé de seis semanas en sus brazos.
– Las gotas de sudor sólo brotaban de la frente del niño. Cuando le dijimos al personal que el niño iba a morir a menos que se abrieran las puertas, se limitaron a decir que no podían, dice Pär Lagerlund.
Entonces él se hartó. Con un hacha para incendios rompió la ventana del tren X2000, y después la aserró. Todo para salvar al niño y al hombre de 30 años con insolación.
– Tomé la ley en mis propias manos, no se puede uno quedar quieto y mirando, dice Pär Lagerlund.
Cuando finalmente el tren fue remolcado a Södertalje, el hombre que sufrió insolación fue trasladado al hospital en ambulancia.
En Södertälje cambiaron tanto el tren como el personal y a las 22:19 continuó el viaje a Gotemburgo.
Pero tampoco este tren duró todo el camino hasta el destino final.
Poco antes de la una de la madrugada, el tren sustituto se quedó parado en Herrljunga, a 80 kilómetros de Gotemburgo.
Después de otra larga espera, finalmente llegaron dos trenes de cercanías rodando desde Alingsås que condujeron a los pasajeros agotados el último tramo a Gotemburgo.
A las 03:10 de esta mañana – más de 13 horas después de la salida de Estocolmo – rodó el tren en la estación de Gotemburgo.
– La gente lloraba cuando se iba, cuenta el fotógrafo de Aftonbladet enviado al lugar.
Una de las pasajeras, Anna Eklund, estaba realmente enojada sobre cómo la SJ había manejado la situación del infernal viaje.
– Esto es despreciable, dice.
Ella informa que a todos los pasajeros se les avisó que irían a recibir un bono de 200 coronas suecas (unos 20 euros) en concepto de indemnización de la SJ.
(Después de salir en todos los medios la noticia han subido la indemnización a 800 coronas…)
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