La crisis del rey
Ahora ya basta con las meteduras de pata reales. Empieza a ser el momento de entregar horcas a la gente y ponerse en marcha hacia el castillo.
En sentido figurado, claro está. Hace tiempo que levantamientos campesinos pusieron a monarcas en tambaleo. Las rebeliones se convirtieron en campañas electorales y la autocracia a democracia.
Pero el rey está todavía ahí, una especie de fósil político de la época en que no éramos ciudadanos sino súbditos. Y el rey hace como quiere el rey.
Hace poco más de un año se publicó el libro «El monarca a su pesar» (”Den motvillige monarken”) y la palabra ”kaffeflicka” («chica de café»: chicas con poca ropa para agradar a los…) hizo entrada en la lengua sueca.
El amigo recibió la culpa
No se puso la cosa mejor cuando la supuesta amante Camilla Henemark se expresó en Expressen. O que Aftonbladet revelara que los amigos del rey contrataron al líder gángster Milan Sevo y su guardaespaldas, Daniel Webb, para obtener una negación de los informes del libro del ex propietario de club porno Mille Markovic.
El que recibió la culpa de las negociaciones con la mafia fue el amigo del rey Anders Lettström. El rey negó todo conocimiento en una entrevista con la agencia de noticias TT. Con eso se dio vuelta a la página.
Hasta ahora.
Este fin de semana pudo Aftonbladet publicar grabaciones donde Anders Lettström dice que mantenía informado al rey.
La propia explicación de Lettström es que las grabaciones han sido manipuladas. Algo que contradicen expertos en la materia.
Aftonbladet a podido además publicar la factura que los amigos del rey deberían haber pagado por la negación de Mille Markovic.
Inaceptable negarse a responder
El rey es uno de los gobernantes más ‘pesados’ de Suecia. Tanto de manera informal a través de valores e ideales que él propaga como a través de tareas que realiza como jefe de estado.
Él ha manejado el escándalo desde el principio como si no le concierniese a él. Él ha «dado vuelta la página» y hablado con la reina sobre el asunto.
Pero la forma de vida del rey no es un asunto privado. Sobre todo si él mismo se expone a situaciones que se abren para el chantaje, o se encuentra en algún tipo de cercanía a círculos criminales.
Por eso es totalmente inaceptable que el rey se niegue a contestar preguntas sobre lo que ha hecho y dejado de hacer.
Reina en la prórroga
Aunque el rey base su posición en el misticismo de sangre antigua, está igualmente él en el gremio de la confianza.
Por cada nueva revelación se vuelve la confianza más y más dañada. En algún lugar va el límite cuando todos los escándalos entorpecen la posibilidad del rey para ejercer sus funciones.
Después de un año de escándalos reales que se han sucedido unos a otros el límite está pasado. El rey reina en la prórroga. Es hora de que él se jubile voluntariamente.
Si se demuestra además que ha mentido sobre los contactos con criminales debe tomar el parlamento la cuestión de destituirlo. [aftonbladet.se]