Suena poco probable, pero tanto la policía como la dueña Caroline certifican que la historia es verdadera. La labrador hembra Eira fue siete estaciones en el Metro a casa a Gullmarsplan – por sí misma. Si no hubiese sido tomada en custodia por encargados de la estación, la dueña habría recibido una sorpresa en la entrada al portal de su casa.
La perrra de raza labrador Eira había recibido un lugar de cuidado diurno en Hökarängen. Pero después de ser dejada ayer (2011-09-29) en el lugar de cuidado diurno resultó la nostalgia muy grande. A eso de las nueve de la mañana se las arregló para escaparse y se puso en marcha hacia casa. Se fue a la estación de Metro de Hökarängen, a poco más de un kilómetro del lugar de cuidado de perros diurno. Como si ella nunca hubiese hecho otra cosa se agachó bajo la barrera de control de acceso al Metro y se montó en la Línea Verde del Metro de Estocolmo.
Junto con los otros pasajeros se puso a la espera de su estación como todos los demás. Después de seis paradas el tren se detuvo en Gullmarsplan donde Eira se bajó.
Los encargados del tráfico de la estación vieron a la perra labrador de color negro que se dejó ser atendida sin resistencia. Probablemente ella se había espachurrado una pata en una de las puertas del tren. La misteriosa labrador rápidamente se ganó admiradores, pero según la rutina los recién ‘enamorados’ encargados se vieron obligados a dejar a Eira en manos de la policía.
– Hemos buscado (recogido) perros y gatos de autobuses y trenes antes, pero no es usual, dice Lotta Larsson de la policía de Söderort que estaba ahí cuando Eira llegó a la estación.
Alrededor de la hora del almuerzo pudo la preocupada dueña venir y recogerla.
– Su pata necesita enfriarse, por lo demás parece encontrarse bien, contó la dueña Caroline a la reportera de Dagens Nyheter a las afueras de la estación de policía en Västberga.
Que Eira se bajara en la estación correcta es notable, pero no imposible, dice el psicólogo de perros Anders Hallgren.
– Lo más probable es que ella reconociera el olor. Pero el sonido es también una especie de huella dactilar o digital, dice.
– Pero lo que se refiere a que ella fuese en Metro, me sorprende. La probabilidad de que un perro pueda manejar eso no es muy grande. Tiene que ser un perro muy tranquilo.
Es la primera vez que salió al tráfico por su cuenta.
– Vivimos cerca de Gullmarsplany si no hubiese sido atendida, me habría ella probablemente esperado en la puerta, dice Caroline, y agrega que Eira no recibirá en confianza ni la llave de casa ni el código de entrada de la puerta del portal.
La policía optó por pasar por alto que Eira viajó sin billete. Por esta vez. [dn.se]