- 220 000 niños viven en hogares pobres en Suecia. Es más de uno de cada diez niños.
- No se trata del derecho a un nuevo iPhone o jeans caros de diseño. Se trata de niños que están excluidos de la práctica de fútbol porque los zapatos son muy caros, niños que no pueden ir al viaje de la escuela o ni alimentarse a sí mismos llenos en casa.
- En doce días los reporteros de Aftonbladet Cristina Edblom y Andreas Bardell han descrito esto en el blog para niños pobres Barnfattigbloggen.
- Hoy entregan su primer reporte desde el lado trasero del exitoso pais Suecia: El campamento del Frälsningsarmén (Ejército de salvación) para madres y niños pobres en Nacka.
Campamentos para pobres – en Suecia 2011
En el Ejército de salvación los niños pueden ser niños – y alimentarse llenos.
En la mesa del desayuno hay varias clases de embutidos, pan y jugo de naranja.
Es un lujo – es casi irreal.
Los niños aquí están acostumbrados a raciones de leche.
Es Suecia en 2011 y estamos en el campamento para los niños pobres con el Frälsningsarmén, el Ejército de salvación.
Niños en todas partes, juegan en la ladera de hierba, las madres toman café a la sombra de un árbol. La grande casa de madera, como en un cuento de Astrid Lindgren, es bañada por el sol y la vegetación.
El caserío de Lännersta en Nacka a las afueras de Estocolmo fue adquirido por el Ejército de salvación en la década de 1930. En ese entonces, las hermanas de tugurios enviaban aquí «amas de casa cansadas y pobres».
Ahora es el día de la Ascensión en 2011 y las necesidades son las mismas.
Una imagen de la Suecia pobre
No se puede ver a primera vista, los niños tienen ropa completa y limpia, nadie está desnutrido. Sin embargo, esta es una imagen de la-Suecia pobre.
– Estamos viviendo a nivel de subsistencia (‘mínimo de existencia’).
No sé cuántas veces he oído esa frase. ¿Qué significa? trato de preguntar. Pero es difícil, estas mujeres están tan acostumbradas a ser cuestionadas. Ellas han vivido durante muchos años de ayudas sociales o de jubilación anticipada. Ellas están de baja laboral prolongada por enfermedad o en el paro. Alguna de ellas vive bajo la amenaza de desalojo.
Los padres se han ido.
Algunas se han hecho con deudas: «Una quiere dar algo a los niños».
A los niños, no les dicen nada. […] [aftonbladet.se]