Quito es la consentida de los dioses

Es barroca, una alborotadora de noche. Se cree la hija del sol y de la luna. Está en la mira de las colinas sagradas que sobrevuela el cóndor. Una virgen la protege de los terromotos; un pintor la idolatra en óleo. El viajero se sorprende de su talento artístico y su buen paladar

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La Capilla del Hombre

¿Si a Dios le construyen templos, por qué el hombre no ha de tener el suyo propio? (No lo dije yo, lo juro). Lo leí o lo escuché.

Encima de un cerro con vista a los techos de la ciudad, se alzó el santuario dedicado al hombre americano, pero sólo al de México para abajo, hasta  la Patagonia. Fue idea del artista Oswaldo Guayasamín, “el ave blanca volando”, recita su apellido quichua. Por fuera es  un edificio inspirado en un templo incaico, rectangular, de arquitectura contemporánea. Por dentro es de espacios extendidos y altos; juega con las sombras, los colores y la luz natural que se filtra por la cúpula. Se resguardan pinturas, murales y esculturas del artista: hombres, mujeres y niños, muchos con  rostros acongojados que  pueden exaltar  el enojo, la tristeza o  la felicidad. Frente a su mural inconcluso, Toro y Cóndor, se levantó un altar en el piso, en forma de un círculo rojo. En medio  de éste, siempre arde la llama de la Paz Eterna.

Guayasamín no pudo ver terminado su proyecto, un complejo cultural que también exhibe  arqueología al aire libre. El gobierno de Honduras, donó una estela de Copán, por ejemplo.

La casa-taller del maestro se integra a este conjunto. Más esculturas, una alberca y un pino de cuyas ramas penden campanas de viento. Bajo la sombra de este Árbol de la Vida, hay varios jarrones y macetitas. En la más pequeña y sencilla descansan las cenizas del artista. Es de tarde, el  sol se asoma entre las nubes, el viento sopla suave. Me arrullan los sonidos de las campanas. La paz de Guayasamín por fin se logró, al menos por hoy. La siento. Abierto de martes a domingo de 10 a 17:30 horas. Entrada: tres dolares.

quito -La Basilica del Voto Nacional, Quito, Ecuador

Caminata en  el Centro Histórico

Es el más grande de América latina  y el primer Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO en 1978. Una advertencia: hay que cruzar la calle por las líneas cebra o pasos a desnivel. Desde el año pasado se multa con un mínimo de 10 dólares al peatón que no cumpla la norma.

Lo que uno puede encontrarse a su paso: una calandria que pasea a una familia por calles limpias, que suben y bajan; construcciones pintadas en colores pastel, con balcones de herrería y muchos tejados rojos. Son demasiadas iglesias.

Se oye el cuchicheo de monjas enclaustradas que para mantenerse venden galletas y cremas; negocian en un anexo del convento, tras un oscuro de madera para que nadie las vea, el precio de la hechura de un hábito para el cura de un pueblo. 

Después de ver la colección de arte sacro del Museo del Convento de San Francisco hay que detenerse en los anafres de las picadurías donde se calientan las empanadas de viento (como una quesadilla inflada de aire).

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Iglesia de La compañia

Atrapan la mirada de la cámara las sombras que se proyectan en sus columnas salomónicas y su esencia barroca.

No se espera lo que  uno va a encontrar allá adentro. El escenario es más dramático, opulento. El interior de este templo que merece mención aparte, envuelve al feligrés y al curioso en un delirio de pan de oro. Hacia donde uno voltee, todo es fastuoso, abigarrado. […] [www.eluniversal.com.mx/Quito es la consentida de los dioses]

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