El negocio ‘prepago’

prepago-sEl ‘negocio prepago’: dinero fácil, control difícil

LA PROSTITUCIÓN EN el país se sofistica e invade estratos. ‘Las prepago’ y sus jefes se apoyan en internet. El negocio alarga tentáculos y pone a los niños en peligro de caer en su red.

Las prostitutas modernas y de estratos medio y alto ya no gastan zapatos. Su escenario natural no es la calle. Tampoco las vitrinas, como acontece en Amsterdam. En las principales ciudades colombianas ellas se exhiben en sofisticados portales de internet, en los que se alojan bajo la custodia y promoción de nuevos y poderosos jefes.

El fenómeno de ‘las prepago’ se desborda a medida que el país se internacionaliza y gana prestigio en el circuito turístico mundial. Las autoridades locales y el común de los mortales tienden a basar su preocupación en lo que ven en discotecas de lujo y en sitios como las zonas rosas de Bogotá y Medellín, o en catálogos de servicios que circulan incluso en prestantes universidades. El corazón del negocio está en otro lado. También la mayor amenaza: que quienes viven del comercio sexual terminen involucrando en sus redes oscuras a niños y niñas.
Tan visible y público como el mismo internet es, por ejemplo, el portal sexoenvivocolombia.com. Se especializa en prepagos VIP, sigla que se lee Very Important People y que aquí significa el acceso a chicas que, por hora y media de placer, en lujosos hoteles de grandes ciudades, cobran un poco menos de lo que dos obreros se ganan en un mes.
La telaraña de la red es sencilla: 37 mujeres en Bogotá, 8 en Medellín y 1 en Cali. En total, 46 prepagos cuyas edades van desde los aún tiernos 19 años de Yesenia y Vivian, que facturan entre 170.000 y 200.000 pesos por hora y media, hasta la «madura», Mery, de 28 años, cuyos honorarios son de 200.000 pesos.
Lo exclusivo son tres chicas que piden 1 millón de pesos por sus servicios. Cada una, vale precisar. Todas tienen 23 años. Se hacen llamar Hilary, Priscila y Andrea o Dayana.
Detrás de la línea de contacto está la voz de una mujer, anónima, que habla de las jóvenes con la misma naturalidad de quien describe el menú de un costoso restaurante. Promete que a Dayana, o a cualquier chica, la llevan, sin problemas, a las habitaciones de los 26 hoteles de mayor prestigio en Bogotá. Aclara, eso sí, que últimamente están cobrando unas tarifas que ella no sabe establecer, y que el modelo se replica en Medellín.
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www.elcolombiano.com/Colombia enfrenta el tema de las prepago]

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