ŌGIMI: Camaradería hace que los japoneses sean los más longevos

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Revelan el secreto detrás de su larga vida

  • Los hábitos alimenticios, la gimnasia, el ejercicio de memoria. Aquí vive la gente un tiempo récord.

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ŌGIMI (大宜味村 Ōgimi-son) distrito de Kunigami, Okinawa. En la búsqueda de los secretos de una vida larga y saludable, los expertos han estado durante mucho tiempo interesados en los habitantes de la isla de Okinawa (la mayor de las islas Ryūkyū) al sur de Japón. Se vuelven los más longevos del mundo y viven una vida activa en la vejez. Dagens Nyeheter fue al pueblo Ogimi con 158 habitantes de más de 90 años.

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La postura es la primera cosa que impresiona a un visitante. En la pequeña casa de madera en el pueblo junto al mar en el norte de Okinawa se encuentra Sumiko Taira de espalda recta como un soldadito de plomo. Ella dice hola y nos da la bienvenida al entrar. Luego nos habla del pasado y del presente. Nunca ha estado enferma y en diciembre cumple 97 años.

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Se inclina hacia delante con las piernas rectas y pone las palmas de las manos en el suelo. Cada mañana desde que cumplió 22 años ha salido al patio y hecho su gimnasia matutina. Cuando sale de excursión l acompañan muchos más jóvenes que ella en el viaje, pero siempre es ella la que está a la cabeza.

– Todos se quejan de que camino tan rápido. Me gusta ir rápido, no puedo caminar lento. En las excursiones de la ‘organización de agricultura’ dicen los demás: Los viejos caminan más rápido, dice Sumiko Taira y eleva las comisuras de la boca de una cara de otro modo amarga.

Ella no la única en el pueblo que se encuentra en forma asombrosa en avanzada edad. Okinawa es conocida por las enérgicas y vitales personas mayores. En el pueblo de Ogimi viven las mujeres muchos años, sobre todo tienen una vida más activa entre los 80 y los 105 años que tal vez en ningún otro lugar del mundo.

Okinawa Centenarian StudyDepende de un factor genético, según el Okinawa Centenarian Study, en el que 900 centenarios y muchos otros más de 80 años han sido estudiados. También está vinculado a la forma en que viven, los alimentos que comen y a que se mantienen activos al aire libre durante todo el año. Y de que los habitantes encuentran la vida digna de ser vivida.

Sumiko Taira desconfía del médico que le ha dicho que tiene un nivel ligeramente elevado de colesterol. Al mismo tiempo no es ella la que embellece la existencia. Ella saca para mostrar las pequeñas pastillas que le han precrito.

– Tomo una pastilla antes de irme a la cama a dormir. Así está arreglado, dice ella.

Cuando visita la estación médica y cuenta que cultiva un tipo especial de hortalizas de hoja en su propio jardín le dice el médico: Qué bien, son buenas para freír y tan beneficiosas.

Entonces responde Sumiko Taira que ella misma no las come sino que las vende al restaurante en el pueblo, que cocina comida orgánica producida localmente y vive de la reputación de la aldea. Por el contrario tiene ella otras dos parcelas con cultivos propios, donde busca la mayor parte de su comida.

Come frutas y verduras todos los días. Melón amargo, pepino y zanahorias. Ella cosecha las verduras que han madurado.

– Lo que más me gusta es la ensalada crujiente con aderezo y mayonesa. Me gusta la comida dura que da resistencia a los dientes. No tortas y chocolates. Pero como yo soy vieja, recibo montones de alimentos blandos de los que me saludan/visitan. Esos los regalo a otras personas.

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Patatas dulces y tofu (queso de soja) (Kinugoshi tōfu en japonés) son otros dos alimentos que se cree han tenido importancia en ralación a la duración de vida de las mujeres que viven en el pueblo. Pero Sumiko Taira echa en falta el pescado fresco del pasado, cuando el pueblo tenía pescadores.

Cuando los barcos llegaban llenos de capturas, corría ella a la playa.

– Cortábamos el pescado más pequeño en rodajas finas, untábamos el sashimi directamente en el agua salada y comíamos, dice ella. Comí tanto pescado cuando era joven que tal vez es por eso que me encuentro tan saludable hoy.

Algunas veces a la semana va actualmente Sumiko Taira a la tienda y compra caballa congelada. No es lo mismo que el pescado fresco del pasado, pero ella se lo come con sal y con la ensalada crujiente con salsa.

Por las mañanas hace papilla de trigo y café con leche que lo coloca en un altar en la habitación donde honra a sus antepasados ​​y su marido muerto. Después sale y hace su ejercicio de gimnasia matutino. Su marido, dice ella, la vigila desde la foto en la pared. Cuando está lista con la gimnasia, se come el desayuno del altar.

Sumiko Taira tiene seis hijos, 16 nietos y 29 bisnietos. Ella cavila largo y tendido sobre la siguiente pregunta – ¿hay algo que no puede ella hacer hoy? No porque sea olvidadiza. Las notas diarias sobre su calendario mantienen fuera a la senilidad.

Ushi Okushima– Nada, dice luego, no hay nada que no pueda hacer hoy que podía hacer como 80 añera. Ella se siente todavía como 80 añera. Ella continúa jugando un juego parecido al croquet con sus amigos todas las tardes. Pero tal vez sea adversarios una palabra mejor. La competencia es importante para esta 97 añera, que todos los días les dice a los jóvenes jugadores que deben seguir las reglas.

– Me gustaría que aprendiesen las reglas del juego antes de que yo desaparezca.

Los habitantes de Okinawa tiene una quinta parte del número de enfermedades cardíacas que los estadounidenses sufren. Una cuarta parte de los casos de cáncer de mama y de próstata y menos enfermos dementes.

Hay una canción que a las personas de la tercera edad en Ogimi les gusta cantar. El texto sugiere que el que tiene de 50 a 60 años es todavía un niño. Entre 70 y 80 se es todavía joven. En la edad de 80 a 90 puede llegar una invitación de un otro mundo, pero entonces está un ‘no gracias’ en su lugar ya que no es hora de morir todavía. Cuando los habitantes cumplen los 88 años se celebra a lo grande en la casa municipal. Se ve como el umbral a la vejez.

Parece una carrera a pie cuando aparece la 88 añera Kikue Okushima, que estaba fuera en su paseo diario. Tiene una duración de solo 15 minutos, pero entonces va rápido.

Nunca he visto una 88 añera en tan buena forma física. Ella es jefa de un grupo que se ha bautizado a sí mismo como «Las ocho princesas» y que baila en hogares de ancianos y cumpleaños privados. Se reúnen casi todas las tardes en su casa para planificar actuaciones futuras.

Una larga vida se encuentra en su parentesco. La foto de la madre de Kikue Okushima cuelga en la pared. La madre se hizo famosa como la mujer que dio al melón amargo una cara. Visitantes de todo Japón viajaban a Ogimi para comprar la amarga verdura de Ushi Okushima, que estuvo atendiendo la tienda hasta que tuvo más de 100 años y llenaba las bolsas con la planta que se supone contribuye a una larga vida. Cumplió casi 108 años.

Prácticamente todos los alimentos que Kikue Okushima come proceden del pueblo. Ella mide la cantidad exacta de arroz que va a comer. Prepara sólo la cantidad de verduras que planea comer. Los restos los tira. Ella sólo come alimentos que solo ella ha cocinado y vive como muchos otros en Okinawa tras el lema «hara hachi bu» – come hasta que tu estómago esté lleno al 80 por ciento.

Pero no es eso lo que es el verdadero secreto de una vida activa en la vejez, dice ella.

– Si estás sentado solo en tu casa y miras la televisión, acabarás senil, independientemente de la edad. Nosotras nos reunimos y estamos juntas. Hablamos y reímos. Siempre tenemos a alguien con quien compartir el día. Siempre hay alguna reunión a la que anhelar con ansia.

Cuando los habitantes envejecen resulta difícil el hacer ciertas cosas. Pero entonces es la idea en Ogimi que cada uno haga lo mejor de su capacidad.

– Pensamos en el futuro. Sólo ese pensamiento nos hace saludables, dice Kikue Okushima.

Por su parte ha decidido ella no convertirse en dependiente de medicamentos y atención médica y piensa por eso en su salud. No oculta que la meta es ser tan vieja como su madre.

– Bienvenido de nuevo cuando cumpla 100 años, dice ella, antes de que se ‘embarca’ en su próxima competición de caminata alrededor del barrio.

En la oficina municipal saca el gerente de bienestar social Kauyo Izena las últimas estadísticas. De los 3.226 habitantes de Ogimi son 158 de entre 90 y 105 años. Más del 42 por ciento son mayores de 65 años Los más viejos viven muchos años porque se encuentran sanos y en buena forma.

El problema desde una perspectiva municipal es que los ingresos fiscales disminuyen, al mismo tiempo que los gastos de atención sanitaria se han incrementado. La razón es que los habitantes por debajo de 80 años no tienen la misma buena salud que las generaciones anteriores.

– Estamos realmente preocupados por lo que sucederá cuando los 40-65 añeros de hoy en día se hagan mayores. Ellos no viven una vida saludable como la que nosotros nos hemos acostumbrado en Ogimi, dice el gerente de bienestar.

Una tarde en la carretera a lo largo del mar se para un hombre de unos 40 años y nos ofrece ir en su coche por el pueblo que se ha vuelto famoso por sus centenarios.

– No tenemos tiempo de hacer como hacen ellos. Tenemos un trabajo en el que pensar y los hábitos alimenticios son diferentes hoy. Las generaciones más jóvenes tienen un gusto diferente, explica.

Pero el melón amargo, que se afirma es fortaleciente, tanto lo cultiva como lo come. ¿Es suficiente para llegar a ser muy viejo?

Se ríe al volante.

– En mi generación, me resulta difícil ver que lleguemos a los 100 años.

DATOS

Receta para la longevidad

  • Alimentación: Generaciones de mayor edad en Okinawa han comido verduras fritas en abundancia, patata dulce y tofu/queso de soja con alto contenido nutricional y pocas calorías. El melón amargo – otro plato común, con antioxidantes y capacidad de reducir el azúcar en la sangre – ha interesado a los investigadores. Carne de cerdo es popular, pero por lo general se sirve en pequeñas porciones.
  • Horticultura/«cultivo en huertas»: Muchos tienen su propio cultivo. Proporciona ejercicio físico diario y acceso constante a verduras frescas.
  • Móviles y activos: Los ancianos están activos todos los días. En Ogimi se juega al croquet en al menos tres sitios cada tarde. Otros caminan a lo largo del mar. Las casas tienen pocos muebles y los habitantes a menudo están sentados en alfombras/esteras de tatami en el suelo. Cuando se levantan y se sientan se fortalecen los músculos y el equilibrio.
  • Red social: Trato diario y conocimiento de que siempre hay alguien a mano con quien hablar o para pedir prestado dinero si fuese necesario.

Menú de Masako Taira

  • Desayuno: Dos huevos y verduras en una tortilla. Puerro encima de un tazón de arroz semilleno. Café con leche.
  • Almuerzo: verduras frescas disponibles, zanahorias, arroz y sopa de miso.
  • Merienda: Patatas dulces y un vaso de leche.
  • Cena: Carne de cerdo, donde la carne se encuentra entre capas de grasa, verduras y arroz. Leche.
  • Once de la noche: Un vaso de leche. «Bebo casi un litro al día: en el café, cuando tengo sed durante el día, en la cena y antes de ir a la cama», dice ella.

[Fuente: Gemenskap gör japanerna äldst – DN.SE]

[GH3] IGEI FARM at Ogimi Village, Okinawa from indieVISUAL on Vimeo.

One Comment

  1. El melón amargo es un vegetal realmente interesante. Lee este artículo al respecto. http://favy-jp.com/topics/537

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