Desde Palmira, miles de semillas están siendo enviadas a una fortaleza construida cerca del Polo Norte y protegida como nadie lo creería. El objetivo: conservarlas ante una eventual catástrofe.
En febrero de 2007, miles de personas recordaron la historia bíblica del Arca de Noé. La razón era simple. Así como Dios le había ordenado a un hombre construir un arca y albergar allí a miles de parejas de animales para poder salvarlas del diluvio, el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos emprendía un megaproyecto que consistía en construir una fortaleza cerca del Polo Norte con el único fin de conservar las semillas más representativas de varios países y protegerlas de los estragos del cambio climático.
Pues bien, el proyecto ya es un hecho y Colombia hace parte de él. Desde Palmira, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) está enviando una serie de muestras a la bóveda, ubicada en una isla del archipiélago noruego de Svalbard, en el Océano Glaciar Ártico. “En 1996 nos pareció una buena práctica hacer copias de seguridad. Hoy tenemos la responsabilidad de la conservación de parte del patrimonio biológico y agrícola de 141 países, conservamos las colecciones más grandes de fríjol en el mundo (más de 35.000 materiales), yuca (más de 6.000) y forrajes tropicales (más de 21.000). Al igual que los escritores conservan copias de sus manuscritos, nosotros hacemos copias de seguridad. Siendo el suroccidente colombiano una zona sísmica, consideramos que este comportamiento es responsable”.
De este modo, Daniel G. Debouck, jefe del Programa de Recursos Genéticos del CIAT en la capital del Valle del Cauca, explicó cómo empezó este proyecto en Colombia hasta trascender fronteras. “Trabajamos con semillas que pueden conservarse a -18 grados centígrados en un cuarto frío que existe en Palmira. El cuarto de Svalbard no es muy diferente”.
De acuerdo con Debouck, ingeniero agrónomo belga con más de 30 años de experiencia en estos temas, el proceso de conservación y envío de semillas puede durar años. Según dijo, el punto de partida puede ser un grano de fríjol. “Lo sembramos en invernaderos, en condiciones protegidas, similar a como lo hacen los productores de flores de la sabana de Bogotá. El producto pasa luego por varios controles de calidad fisiológica, sanitaria, genética, y por varios procesos de secado sin estrés para la semilla. Luego viene la etapa de conservación. El ciclo completo puede durar, en ocasiones, de tres a ocho años, según la complejidad. Se trata de un proceso único”.
Su equipo de trabajo lo integran 54 personas, dentro de las cuales hay gente de Cali, Palmira, Huila, Cundinamarca, Guapi, Popayán y Santander de Quilichao. Se trata de una labor que, en medio de complejos procedimientos entendibles para especialistas, busca soluciones frente a los estragos que está sufriendo el mundo por cuenta del calentamiento global.
Rumbo al Ártico
La bóveda en Noruega parece sacada de una película de ciencia ficción. Queda en un lugar remoto, en el Océano Glaciar Ártico. Allí, en medio de la nada, cerca del Polo Norte, se divisa una abertura, la entrada a la fortaleza. […] [Por: Alfonso Rico Torres/www.elespectador.com/Los colombianos a bordo del ‘arca’ del cambio climático]VER GALERIA
La conservación de semillas hecha en Palmira – Así es la Bóveda Global de Semillas de Svalbard (Noruega) – Seeding the Earth – Svalbard Vault Mountain Cutaway – Svalbard Global Seed Vault Entrance – Svalbard Global Seed Vault – Svalbard Global Seed Vault – regjeringen.no – – Doomsday Seed Vault Photos – Svalbard Global Seed Vault … – Bóveda Global de Semillas de Svalbard – Spanish forside – regjeringen.no – Problemas en la «bóveda global de semillas». No todos están …